Alta Fidelidad es el film definitivo para el melómano, el recuerdo que golpea entre las sienes con aires de melancolía...presentir que lo que salía del cassette, o de los viejos vinilos que comprábamos con la semanada o con el primer sueldo, era algo mágico e inigualable, un momento que nos acercaba a lo sublime, algo espiritual y creíamos, ardientemente, que a nadie le sucedía como a ti, como el primer amor, o el último.
Por supuesto que no era lo mismo calzar unos Pixies que unos Pavement, era una sensación antagónica, quién puede dudar eso!!!!...pues dudaba mucha gente y fue ese sentimiento de aislamiento, segregación e inadaptación (las tres, a veces, voluntarias) la que dió forma a la escena de finales de los 80 y principios de los 90 en la música y en consecuencia, su correspondiente moda, y a la que mucha gente se unió entre ellas para disfrutar del desencanto tan encantador del florecimiento post-adolescente.
Rob, el protagonista de Alta Fidelidad, es un treitañero, que regenta una tienda de discos (envidia de todo amante musical), anclado en sus vinilos a los que toma por entera realidad de su vida cada vez más desordenada. Ese desorden interno lo externalizaba haciendo lista de las 5 mejores canciones para cada cosa...todo un clásico. A Rob le acompaña su look desaliñado, sus camisetas y vaqueros gastados...eran tiempos del primer indie-rock: queremos mostrar como a través de los discos, de una música concreta se refleja un tipo de moda.
Por supuesto que no era lo mismo calzar unos Pixies que unos Pavement, era una sensación antagónica, quién puede dudar eso!!!!...pues dudaba mucha gente y fue ese sentimiento de aislamiento, segregación e inadaptación (las tres, a veces, voluntarias) la que dió forma a la escena de finales de los 80 y principios de los 90 en la música y en consecuencia, su correspondiente moda, y a la que mucha gente se unió entre ellas para disfrutar del desencanto tan encantador del florecimiento post-adolescente.
Rob, el protagonista de Alta Fidelidad, es un treitañero, que regenta una tienda de discos (envidia de todo amante musical), anclado en sus vinilos a los que toma por entera realidad de su vida cada vez más desordenada. Ese desorden interno lo externalizaba haciendo lista de las 5 mejores canciones para cada cosa...todo un clásico. A Rob le acompaña su look desaliñado, sus camisetas y vaqueros gastados...eran tiempos del primer indie-rock: queremos mostrar como a través de los discos, de una música concreta se refleja un tipo de moda.
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