dijous, 20 de maig del 2010
dimarts, 11 de maig del 2010
Desayuno con diamantes - Años 60
Audrey nos dejó en esa película la imagen más hermosa de todos los tiempos La actriz lucía un vestido Givenchy, junto a unas perlas, una tiara y unos guantes largos frente al escaparate de Tiffany’s. Este conjunto revolucionó el mundo de la moda y se convirtió en el referente por excelencia de la elegancia y el estilo. Aún hoy es una apuesta segura.
Su personalidad y su estilo fueron dignos de una moda inolvidable, inmortalizada en el tiempo. Su sonrisa fue la forma en que las chicas de la época debían sonreír; su figura esbelta y tenue, era la silueta que todas las muchachas debían tener.
A mediados de los 50 Audrey no solo era una de las mayores estrellas de Hollywood, sino un icono de la moda. Su estilo, tan personal y elegante, era admirado e imitado. Su imagen-un sencillo vestido negro, collar de perlas y moño alto- crearía estilo hasta hoy e inauguraría la comedia sofisticada de la década de los sesenta. Este “little black dress” que Audrey luce en la película Desayuno con diamantes se convirtió a partir de entonces en uno de los trajes imprescindibles dentro del mundo de la moda.
El mundo del cine siempre ha estado muy ligado al de la moda y ha servido de gran difusor. El estilo tan personal Audrey Herpburn estaba apoyado en el exquisito modisto Givenchy que colaboró activamente elaborando el vestuario de muchos de sus Films
Audrey Herpburn impuso la tendencia del look causal, en lugar del glamour habitual. Fue la pionera de las “muchachas no divas”, que son toda una pauta de nuestra época. Su innovación, su prefiguración de la espontaneidad juvenil y su frescura impusieron un estilo que ha perdurado.
diumenge, 2 de maig del 2010
Alta Fidelidad (1999)
Por supuesto que no era lo mismo calzar unos Pixies

Rob, el protagonista de Alta Fidelidad, es un treitañero, que regenta una tienda de discos (envidia de todo amante musical), anclado en sus vinilos a los que toma por entera realidad de su vida cada vez más desordenada. Ese desorden interno lo externalizaba haciendo lista de las 5 mejores canciones para cada cosa...todo un clásico. A Rob le acompaña su look desaliñado, sus camisetas y vaqueros gastados...eran tiempos del primer indie-rock: queremos mostrar como a través de los discos, de una música concreta se refleja un tipo de moda.


divendres, 30 d’abril del 2010
Annie Hall (1977)





diumenge, 25 d’abril del 2010
La Naranja Mecánica




Comparad las fotos y fijaos que recurso a utilizado Gaultier para conservar el palo negro en el atuendo de sus modelos; el palo que utilizan los personajes de la naranja mecànica para llevar a cabo sus actos violentos lo ha convertido en un esbelto i delgado paraguas, también negro.
dijous, 8 d’abril del 2010
Marlene Dietrich - EL ANGEL AZUL - 1930
Marlene Dietrich intervino en la primera película europea sonora: El ángel azul, para lo cual transformó su figura robusta en otra mas delgada y esbelta.
Es una precursora de la moda de su tiempo, porque desde un principio intuyó la importancia del estilo andrógino en el siglo XX. Ella inventó, aun antes que Catherine Hepburn, un guardarropa inspirado en lo masculino, con trajes sastre y sacos de tweed, que ahora son un lugar común, pero fueron revolucionarios en la década del 30.
En la película Morocco (Marruecos), en 1930, se vestía con un smoking y retorcía una corbata en forma de lazo; al año siguiente usó un traje de pantalón blanco, corbata a puntitos y boina para viajar a América. Trabajando con los grandes diseñadores de Hollywood, de Travis Banton a Edith Head y Jean Louis; y después con los representantes de la alta costura de París, como Lanvin, Lelong y Vionnet, aprovechó lo mejor de esos dos mundos y combinó a la perfección su vestuario cinematográfico con su guardarropa personal. Para Dietrich el saco de leopardo que usó en El ángel azul, era ideal.
De acuerdo con su época, Dietrich recreó la perturbadora imagen de mujer masculina de los retratos de Max Beckmann. Su look fue andrógino, pero sexualmente precursor del estilo Berlín de entreguerras: blazer de hombre, corbata y pantalones de franela blancos: labios pintados en escarlata brillante y cigarrillo en mano.
Fue poseedora del título de «las piernas perfectas», tanto que fueron aseguradas por un millón de dólares.